jueves, 7 de enero de 2016

La memoria de Chavez, la Paz y la Unión.




 

El PSUV  es un partido estalinista, fuertemente religioso intolerante con respecto a su ideología y sus líderes. Se ajusta más su accionar a la naturaleza de los partidos extremistas musulmanes intolerantes y violentos. Decía Bertran Russel y no estaba equivocado el comunismo es una religión de libro.

Chávez, como Mahoma utilizo la guerra para reafirmar su credo religioso, incluyendo en el concepto de guerra el de guerra fría. La expansión musulmana es producto de la guerra santa, de la violencia y la destrucción o sumisión del oponente, de los infieles. Este bagaje histórico ha hecho difícil la transición de la sociedad musulmana a una religión más secular, separada del estado, de allí proviene la resistencia a separar el poder político del poder religioso, logro que ha alcanzado occidente después de muchas batallas; pero el cristianismo a diferencia del islamismo consiguió su predominancia a través de la difusión pacifica de la palabra de dios, no mediante guerras.

El chavismo intento ganar el poder mediante un golpe militar sin embargo fue derrotado, y cambio de estrategia llegando al poder por elecciones; pero en el poder su ejecutoria, su verbo, su accionar era y es confrontativo, intolerante, violento, tanto así que llevo a un país que no estaba dividido, donde podía compartir, conversar y discutir de manera respetuosa adecos, copeyanos, masistas, de la Liga Socialista, etc., Eso cambio con Chávez, su discurso confrontativo, grosero, amenazante con cualquiera que disintiera con él, dividió el país en dos. En tiempos del apogeo de los precios del petróleo y a pesar de la bonanza más del 40% del pueblo venezolano se sintió agredido y maltratado por el chavismo. 

La política de Chávez no era la de Mandela, Gandhi o Martin Luther King, era la de Mahoma, la del dios violento del antiguo testamento, la del hacha de guerra en la mano. Su consigna “Patria, Socialismo o Muerte” demuestra intolerancia y contiene una explicita amenaza de guerra a muerte si no prevalecen sus ideas. Su famosa frase “Victoria de Mierda” demuestra la incapacidad de reconocer con respeto la victoria del otro, al que nunca ve como un compatriota que busca también soluciones sino como a un enemigo, que en su discurso siempre amenazaba con pulverizar, execrar, destruir, etc. 

Su llegada al poder se inició con la destrucción de los símbolos patrios que existían, solo permaneció sin alteración el Himno Nacional, cambio el escudo, se burló del caballo que decía que miraba cobardemente hacia atrás, cambio la bandera, le cambio el nombre del país, catálogo de traidor y execro de respetabilidad a José Antonio Páez, trato de delincuentes a todos los que le antecedieron. En fin como un faraón de Egipto borro todos los nombres de todos sus antecesores.

Pero como dije antes ni aún con el petróleo a 140 $US el chavismo fue mayoría. Hoy que las torpezas económicas y la corrupción gigantesca del régimen ha llevado a la destrucción del país en casi todos sus aspectos, su apoyo si acaso rondara un 25%. Pretender unir al país con la figura de un hombre que solo trajo odio y división, y que es inaceptable para más de la mitad del país es una total brutalidad y un paso seguro para la confrontación y la guerra civil, fría o caliente, que nos empobrecerá y paralizará con seguridad. 


Solo un extremo nacionalismo, una lengua y un pasado histórico independiente, junto a fanatismos religiosos producen divisiones, guerras continuas, o inestabilidad. Chávez representa el cisma, la división, la polarización, la confrontación; lo mejor que se puede hacer con respecto a su legado es dejárselo a la historia y liberar al país de su culto y sus santuarios. Solo así Venezuela alcanzara la paz, la reconciliación y el progreso.

Venancio Loval