miércoles, 24 de febrero de 2016

Trump, El Papa, Muros e Hipocresía



Donald Trump promete crear un muro en toda la frontera entre USA y México a fin de evitar el flujo migratorio de Mexicanos y Centroamericanos a quienes tilda de delincuentes. El Papa le recrimina de que no es el proceder de un cristiano, el cual debe basarse en el amor al prójimo y no en el odio que fomenta Trump con su discurso nacionalista y racista. Muchos se escandalizan por El Muro injusto de Trump (cosa que está muy bien), aunque desde hace años ya existen cientos de kilómetros de muros en la frontera USA México. Muros en la historia de la humanidad han habido y hay por cientos. Por cierto partidarios de Trump declaran que El Vaticano está encerrada entre muros.

Hay muros para evitar la entrada, otros para evitar la salida. El Muro de Berlín, caído hace poco más de 25 años, evitaba el escape de alemanes del paraíso comunista que era la República Democrática Alemana, un paraíso del que la mayoría del pueblo quería escapar.


El Sahara fue otro muro geográfico que separo por cientos de años el África negra de Europa, de Asia y del África mediterránea. Europa, ahora que el muro natural del mar Mediterráneo no es suficiente, construye muros para impedir la entrada de africanos y musulmanes. España tiene sus muros en Ceuta y Melilla, para impedir la entrada de árabes al país. 

Israel tiene su muro, no de los lamentos, sino su muro para encerrar en guetos a los palestinos. 


 
Cuba usaba el mar y su policía como si fuese un muro de Berlín, apenas indico que no iba a perseguir a los que huyeran de la isla, para que miles de marielitos tomaron su barco, su lancha, su bote, su canoa para salir de la Cuba revolucionaria. 

En USA creaban muros y encerraban a los indígenas americanos y los llamaban reservas. El desierto entre USA y México ha sido un muro natural donde hay miles de cadáveres, de quienes intentaron cruzar la frontera y no pudieron. El muro entre USA y Mexico ya existe.


El muro que separa las Coreas es el muro más militarizado del mundo, separa el sur capitalista y rico del norte pobre pero armado hasta los dientes, con su comandante supremo. Hay tantos muros que no los nombraremos todos.


Los chinos crearon la gran muralla china para evitar los ataques extranjeros y proteger sus conquistas. Los romanos crearon su muralla en la Britania (ahora la Gran Bretaña) para separar la Britania romana de la bárbara.

En la novela El Mundo Feliz de Aldous Huxley los salvajes vivían entre murallas que los separaban del terrible mundo feliz de las pastillas de colores. La idea era aislar a los que no aceptaban ese paraíso de los ciudadanos conformes, que se tomaban sus pastillas de colores y aceptaban con una sonrisa de felicidad todo lo que la elite del mundo feliz planeaba para ellos. La novela La Peste de Camus se ambienta en la ciudad Argelina de Oram, que se amuralla para aislarla del exterior, quedando sus habitantes condenados a vivir en una ciudad donde los valores se trastocan, donde los hombres oscuros y mediocres empiezan a tener una vida más atractiva y exitosa que la que tenían en la ciudad libre de la peste. En la novelística actual, Paul Auster en su novela el País de la Ultimas Cosas describe un país amurallado donde cada quien va a lo suyo y no hay otra meta que sobrevivir para lo cual es mejor no pensar, porque cualquier distracción puede resultar fatal “Tus ojos deben estar siempre abiertos…; pendientes de otros seres, en guardia ante lo imprevisible”, como si parafraseara la canción de Yordano “Por estas calles”.

En nuestras ciudades se levantan muros alrededor de casas y las llaman urbanizaciones o colonias privadas.  Nuestras casas antes abiertas y libres a veces más que muros ya son cárceles que nos protegen de un entorno violento y peligroso. La esquina caliente y los colectivos chavistas crearon un muro de violencia y agresión que amurallo valga la redundancia el centro de Caracas contra los que no estaban de acuerdo con ellos y su régimen.

En el país se ha levantado un muro mental saturado de ideología que como gríngolas hace que nuestros gobernantes no perciban la realidad tal como es; o será el muro de la ignorancia que por el llamado efecto Dunning-Kruger, un fenómeno psicológico descrito por científicos de la Universidad de Cornell según el cual las personas con escaso conocimiento tienden sistemáticamente a pensar que saben mucho más de lo que saben y a considerarse más inteligentes que otras personas más preparadas. Sostiene también que la incompetencia de personas con bajo conocimiento les dificulta reconocer sus errores y evaluar la competencia de los demás. Lo que trae como consecuencia arrogancia y desastre.
Los muros se producen cuando las poblaciones crecen, se interconectan, se desplazan, cuando entran en crisis económicas. Los muros por algún tiempo detienen la inevitable interacción pero al final siempre caen. Ningún muro en la historia ha sido provechoso para la humanidad ni ha producido soluciones sostenibles, solo congelan los problemas. El famoso Telón de Acero hace años se hizo añicos.

En un mundo cada vez más pequeño para el hombre, con más población, más movilidad, más integración, más interdependencia; que  empuja a la solución conjunta de los problemas de la humanidad  y a la conformación de un gobierno mundial que se responsabilice de la pobreza, de la economía, de la protección ambiental, con perspectiva global y no desde el punto egoísta de algún país, la idea de un Muro es el reflejo del miedo al cambio que se avizora. Igual que la palabra Patria los Muros deberían estar condenados a desaparecer, porque nuestra patria es el mundo. Pero el hombre sigue teniendo miedo de sí mismo y aunque no lo queramos habrán muros y lamentos.

Venancio Loval 

domingo, 21 de febrero de 2016

El Socialismo No ha Fracasado...En Teoría



Aquel que está dispuesto a morir por una ideología también estará dispuesto a matar por ella. Por ello un hombre sensato debe reflexionar intensamente sobre si está ideología  está equivocada.

Después de casi 18 años, después del ciclo de ingresos petroleros más alto de toda la historia de Venezuela el chavismo muestra un inventario terrible. No hay prácticamente ningún sector de la vida del venezolano que no esté deteriorado, ni en la parte material ni en la parte espiritual. Prometieron un paraíso y nos entregaron un infierno, sepultaron todos los valores que una vez los jóvenes de la izquierda idealista de los 70 y 80 propagaron.

Tanto Aristóbulo como Nicmer Evans, palabras más palabras menos, dicen que el socialismo no ha fracasado porque no se ha construido. A pesar de los casi 18 años de gobierno Chavista, indican que no  se logró instaurarlo. Siempre esgrimen una justificación de porque no pudo lograrse, aun teniendo el poder casi absoluto y dinero más que suficiente; para ello arguyen sus palabras muletillas: el Imperio, los infiltrados, la guerra económica, etc. Pero el mundo sabe que también fracaso  en la Unión Soviética, a pesar de los 70 años transcurridos en revolución, igual ocurrió en Europa oriental, en Cuba, en Corea del Norte, etc. Pero a pesar de todo los “científicos” comunistas siguen creyendo que no ha fracasado, sino que nunca se ha alcanzado.

El problema para la humanidad es que quieren seguir intentando construir esa sociedad comunista dizque perfecta sin importar los medios para lograrlo, y es en ese intermedio, en el intento de alcanzarla, en la que se encargan de convertir en un infierno la vida de los pueblos sometidos a su control, todo basado y justificado en ese futuro hermoso que promete el comunismo. Ello se dicen a sí mismos ¡Que importa el terror, las privaciones, la guerra, la muerte, las persecuciones que hagamos hoy, si el futuro será revolucionario y hermoso!

El comunismo escribió Bertrand Russel en sus ensayos filosóficos es una religión de libro. Su biblia: los escritos Marx y Lenin; su promesa: el paraíso igualitario comunista. Pero a diferencia de las religiones el comunismo es una religión que se cree científica, afirmando que el Socialismo está basado en el Marxismo que es una ciencia, el socialismo científico. Al contrario de la mayoría de las religiones que buscan la paz y el amor al prójimo (a excepción del ala radical de los musulmanes que llaman al Yihad), el comunismo justifica mediante la lucha de clases la violencia y la muerte .






Si el Marxismo es científico, escribía Popper, debe haber una manera de demostrar si su teoría es inválida o no, eso es lo que caracteriza a la ciencia. La teoría de Newton tiene experimentos que pueden comprobar si es falsa o verdadera. El mismo Einstein diseño experimentos que permitían indicar si su teoría de la relatividad es falsa o no en función de los resultados. Claro está, que el comunismo como pseudo ciencia no tiene la manera de indicar si es válida o no, su teoría, solo deposita una fe irracional en la misma, de modo que aunque falle cien veces y lleve a los países que lo sufren a guerras civiles inútiles, persecuciones, encarcelamientos, censuras, asesinatos, parálisis económica, etc.; siempre encontraran  una razón de porque no se ha alcanzo esa sociedad perfecta e igualitaria, donde todos somos felices. 




De modo que el socialismo por su característica es una especie de ciclo de fracasos que se podrían repetir infinitamente si el pueblo no se educa para no dejarse engañar por esta neo religión violenta.

Como se ha expresado antes, el comunismo no es científico y ha fracasado decenas de veces, llevando en sus carros fúnebres millones de vidas humanas, de horas de cárcel, de días de hambre, de chantajes, de miedo a expresar lo que se piensa,… Fracasa porque antepone el partido y su falsa revolución a la gente, a la ética, a la capacidad técnica. En fin, en un sistema comunista se genera un ecosistema social que favorece a los oportunistas, los corruptos, los hipócritas y fanáticos, pero desfavorece y socava al hombre trabajador, al emprendedor, al personal calificado, al hombre honesto, al crítico, al creativo. De hecho  la frase famosa de Ayn Raind surge de su experiencia de vida en la Unión Soviética 

“Cuando advierta que para producir usted necesita obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebe que el dinero fluye hacia quienes trafican no bienes, sino favores; cuando perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por el trabajo, y que las leyes no lo protegen contra ellos, sino, por el contrario son ellos los que están protegidos contra usted; cuando repare que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un auto sacrificio, entonces usted podrá afirmar, sin temor a equivocarse, que su sociedad está condenada” 

Tristemente la experiencia comunista ha sido la inspiración de novelas como La Peste de Albert Camus y 1984 de George Orwell que muestran un mundo oscuro, burdo, oprobioso, improductivo, kafkiano e intolerante, como el que poco a poco esta gente del chavismo ha transformado a la antigua Venezuela alegre, en esta terrible que hoy tenemos. Como decía el cantautor alemán Wolf Biermann a la bancada del Partido Comunista en la sesión del congreso alemán por la celebración de los 25 años de la caída del muro de Berlín: “USTEDES NO SON REVOLUCIONARIOS SON REACCIONARIOS”



Venancio Loval